Bueno, aquí os dejo una "pequeña" historieta. La hice porque en nuestro instituto se celebra Sant Jordi con concursos, y pensé que estaría bien hacer una :)
-
Espero que sepas lo que haces.
-
Claro que lo sé. ¿Por qué me lo dices?
En
ese momento se escuchó un ruido, venía de esa puerta abierta; ese
lugar oscuro no inspiraba demasiada confianza. De todas maneras
ninguno de los dos se atrevió a caminar hacia allí, bastante tenían
con lo que estaban haciendo, era muy difícil colocar explosivos en
otra puerta metálica para escapar de ese lugar de locos.
-
Déjame, ya lo hago yo-. Dijo él. En ese momento estaba enojado,
demasiado nervioso-. ¡Te está saliendo fatal!
-
Eres insoportable, no se como te aguantan tus padres-. Dijo ella.
-
Te recuerdo que no tenemos padres, ¿Se te ha olvidado el motivo por
la cuál estamos intentando escapar?
Diciendo
eso Luck se apartó de la puerta, y con un poco de fuego encendió
los explosivos.
-
Ven, apártate.
Los
dos se alejaron de la puerta, y antes de que se pudieran tapar las
orejas, un gran ruido estalló por toda la sala.
Las
orejas les comenzaron a silbar agudamente. No podían oír nada.
Excepto el palpitar de su corazón retumbando en sus cabezas. En ese
momento Luck hizo una seña a Teresa para salir corriendo de ese
lugar, y justo cuándo estaban por el largo pasadizo blanco empezó a
sonar una alarma; se apagaron todas las luces excepto unas rojas que
iluminaban el camino.
-
Luck, por aquí-. Dijo Teresa, al cabo de unos minutos llegaron a una
puerta blanca enorme, como mínimo hacía 30 metros de altura-. Esta
es la puerta principal.
-
Cada día cambian la contraseña. Espero que Ignasio no se haya
equivocado-.Y dicho eso, Luck se acercó al lado derecho de esa gran
puerta, poniendo sus dedos en la pared. Teresa observó cómo los
sitios dónde su compañero pasaba los dedos se iluminaban.
Empezaron
a escuchar unos sonidos metálicos, metal contra metal, chirridos
estridentes que hacían que les temblara todo el cuerpo. Acto
seguido, la puerta se abrió a poco a poco, y justo cuándo estaban a
punto de pasar, escucharon una voz.
-
Alto. Giraros. Y miradme.
Lentamente
Teresa y Luck se giraron, pudiendo ver un hombre que les apuntaba con
una arma gigantesca.
Teresa
y Luck intercambiaron miradas. Y con un abrir y cerrar de ojos, se
giraron en dirección a la puerta y empezaron a correr, seguidos de
ese hombre y esa arma.
-
¡Alto o disparo!
No
tenía sentido, si disparaba, no le iba a dar a ninguno de los dos.
Ellos estaban muy lejos de ese hombre. No obstante alzó la arma y
empezó a disparar hacia todas direcciones.
-
Teresa, a la de tres corremos hacía el bosque con todas nuestras
fuerzas. Uno. Dos. ¡Y tres!
En
ese momento se oyó ootro disparo. Pero el ruido quedó silenciado
cuándo entraron al bosque; el aire se llevaba todos los posibles
sonidos. Los árboles demasiado grandes, oscurecían el pasiaje. Las
hojas se movían de manera brusca y las ramas pequeñas salían
volando hacia todas direcciones.
-
Luck... Ah... Me han disparado...- Teresa se cogía el hombro con la
mano.
-¡¿Qué?!
¡Te había dicho que corrieras!
-¡He
corrido!-. Luck haciendo caso omiso a las palabras de Teresa, se
acercó a ella para curarla.
-
Ven. Yo sé cómo se hace.
Luck
se puso detrás de ella, y con un poco de ropa tapó la herida, y sin
avisar le quitó la bala.
-
¡Ahh! ¡¿Pero que haces?!
-
Salvarte de una infección. Sin ti yo seré el primer plato de esos
monstruos horripilantes y con cara de fanáticos.
-
Gracias. Es tan amable de tu parte que me salves solo por salvarte a
ti. Es lo más bonito que te he escuchado decir estos últimos días.
-
No hay tiempo para bromas. Tenemos que encontrar un lugar seguro para
poder reponer fuerzas-. Dicho esto, Luck empezó a caminar, seguido
de Teresa.
Hacía
dos años que había empezado todo. Éste era el tercer año, era
mucho más calmado que los otros. Hacía gracia si examinabas la
situación, todo había empezado por un endemoniado mosquito, después
la obsesión por encontrar una cura contra la enfermedad que
transmitía ese pequeño insecto, en unos meses ya se había
extendido por toda Europa, o lo que quedaba de ella... Y después los
políticos, ansiosos por salvar sus míseras vidas, se empezaron a
tirar bombas, a fabricar armas, a crear ejércitos y enviarlos a las
afueras del país. Todo, por esa ansia de salvar sus míseras vidas.
Y al final, empezaron a reclutar jóvenes, para jugar con ellos y
para intentar encontrar alguien que fuera inmune o que ya hubiera
tenido esa enfermedad alguna vez. Y todo, por un insignificante
insecto. Y eso no fue lo peor; los gobiernos empezaron a crear todo
tipo de monstruos, un tipo de droides, robots que podían
pensar... Ahora están entre todos ellos, vivos o muertos, buenos o
malos... Es más, hasta hay personas que son medio robots.
-
Teresa allí-. Dijo Luck señalando entre los árboles-.
¡Arrodillate!
-
¿Qué pasa?
-
Mira allí-. Dijo señalando con el dedo.
Había
una sombra, parecía un hombre, como si estuviera cansado, herido. Se
iba cayendo, y se tropezaba.
-
¡Es el presidente!-. Chilló Teresa.
-
¡Shhh! ¿Estás loca? Eso no es un presidente, al menos no entero...
Es un Medio Humano. A eso no se le puede llamar hombre. Además,
seguro que está controlado por esas ratas de laboratorio de las que
hemos escapado.
-
¡Nos ha visto! ¡Luck! ¡Corramos!
Entonces
se levantaron, y se fueron en la dirección contraria al Medio
Humano. Corrieron y corrieron, hasta llegar en un sitio dónde no
había árboles, dónde el cielo, ya oscuro, se veía.
-
¿Qué hacéis en nuestro territorio?-. Era una voz grave, potente,
dura, parecía como si fuera fuerte-. ¡No permitimos Medios Humanos!
-
Primero de todo-. Dijo Luck-. Este no es vuestro territorio, esta
palabra lo usan los perros, a no ser que seas un perro... Y segundo,
no somos Medios Humanos, ¡¿Lo sois vosotros?! ¡Muéstrate!
-
Me muestro, pero cálmate. No te he echo nada malo.
Al
decir esto, un hombre de un metro ochenta apareció delante de ellos.
Era moreno, tenía un cuerpo trabajado, unos ojos muy verdes, y un
cabello oscuro.
-
A decir verdad, sólo legar aquí nos has empezado a chillar,
además...
-
¡Ya basta Luck! ¡Eres como un niño pequeño!-. Dijo Teresa. Se
puso delante de Luck, haciendo caso omiso a sus murmullos-. ¿Cómo
te llamas? ¿Estas solo?
-
Me llamo Gabriel, y no estoy solo. ¿De donde venís?
-
De un laboratorio de ratas. ¿Quién va contigo?
Al
momento aparecieron cientos de caras desconocidas, salían de entre
los árboles, todos desconocidos.
-
Todos estos. Somos ciento diez. Nosotros nos hemos escapado de la
ciudad, allí la enfermedad estaba arrasando. Llevamos en este bosque
semanas, y hay un hombre que es Medio Humano, antes le hemos dado una
buena paliza...
-
¡Lucy!-. Era Luck, se tiró encima de una chica con pelo rubio,
cuyos ojos estaban más brillantes que la Luna-. ¡Saldremos de aquí!
¡Nos iremos a las montañas junto a Teresa!
Era
la hermana de Luck.
¡Oh! ¡Me encanta, porfa, continúalo que ahora me quedo con las ganas de saber más!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, me parece que está bien escrito.
¡Un beso! :D
y como continua?
ResponderEliminarUn relato con emociones fuertes, pero si añadieras más descripciones y mejoraras la ortografía creo, en mi opinión, que también añadirías suspense a este buen argumento.
ResponderEliminarMmm me gusta continua :-()
ResponderEliminarMmm me gusta continua :-()
ResponderEliminar