Una vez casi me caigo de mi mente. Estaba mirando a la nada y pensando en algo, cuando me di cuenta de que miraba sin mirar y que pensaba sin pensar; entonces casi me caigo. Era como si hubiera saltado desde un trampolín sin percatarme y hubiera abierto los ojos en mitad de la caída. A veces me siento atrapada dentro mío. Me encierro y me miento para esconderme detrás de una cortina oscura. Aunque de la misma forma que lo hago, no sé porqué lo hago. Sé lo que hay detrás de la cortina, pero de alguna forma mi cabeza no lo sabe. O quizás no hay cortina. Está loca. O quizás es de las más sanas y por eso hace lo que hace. Pero todos aparentamos normalidad, hasta los que están a punto de explotar.
Pollo
ResponderEliminarHa puesto un huevo
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